Comentario
De las provincias que hay de Tamboblanco a la ciudad de San Miguel, primera población hecha de cristianos españoles en el Perú, y de lo que hay que decir de los naturales dellas
Como convenga en esta escriptura satisfacer a los lectores de las cosas notables del Perú, aunque para mí sea gran trabajo parar con ella en una parte y volver a otra, no lo dejaré de hacer. Por lo cual trataré en este lugar, sin proseguir el camino de la serranía, la fundación de San Miguel, primera población hecha de cristianos españoles en el Perú, y la que también lo es de los llanos y arenales que en este gran reino hay; y della relataré las cosas destos llanos, y las provincias y valles por donde va de largo otro camino hecho por los reyes ingas, de tanta grandeza como el de la sierra. Y daré noticia de los yungas y de sus grandes edificios, y también contaré lo que yo entendí del secreto del no llover en todo el discurso del año en estos valles y llanos de arenales, y la gran fertilidad y abundancia de las cosas necesarias para la humana sustentación de los hombres; lo cual hecho, volveré a mi camino de la serranía, y proseguiré por él hasta dar fin a esta parte primera; pero antes que abaje a los llanos, digo que yendo por el propio camino real de la sierra se llega a las provincias de Calva y Ayabaca, de las cuales quedan los braca moros y montañas de los Andes al oriente, y al poniente la ciudad de San Miguel, de quien luego escrebiré. En la provincia de Caxas había grandes aposentos y depósitos mandados hacer por los ingas y gobernador, con número de mitimaes, que tenían cuidado de cobrar los tributos. Saliendo de Caxas, se va hasta llegar a la provincia de Guancabamba, adonde estaban mayores edificios que el Calva, porque los ingas tenían allí sus fuerzas, entre las cuales estaba una agraciada fortaleza, la cual yo vi, y está desbaratada y deshecha como todo lo demás; había en esta Guancabamba templo del sol con número de mujeres. De la comarca destas regiones venían a adorar a este templo y a ofrecer sus dones; las mujeres vírgenes y ministros que en él estaban eran reverenciados y muy estimados, y los tributos de los señores de todas las provincias se traían; sin lo cual, iban al Cuzco cuando les era mandado. Adelante de Guancabamba hay otros aposentos y pueblos; algunos dellos sirven a la ciudad de Loja; los demás están encomendados a los moradores de la ciudad de San Miguel. En los tiempos pasados, unos indios destos tenían con otros sus guerras y contiendas, según ellos dicen, y por cosas livianas se mataban, tomándose las mujeres, y aun afirman que andaban desnudos y que algunos dellos comían carne humana, pareciendo en esto y en otras cosas a los naturales de la provincia de Popayán. Como los reyes ingas los señorearon, conquistaron y mandaron, perdieron mucha parte destas costumbres y usaron de la policía y razón que agora tienen, que es más de la que algunos de nosotros dicen. Y así, hicieron sus pueblos ordenados de otra manera que antes los tenían. Usan de ropas de la lana de sus ganados, que es fina y buena para ello, y no comen carne humana, antes lo tienen por gran pecado y aborrecen al que lo hace; y no embargante que son todos los naturales destas provincias tan conjuntos a los de Puerto Viejo y Guayaquil, no cometían el pecado nefando, porque yo entendí dellos que tenían por sucio y apocado a quien lo usaba, si engañado del demonio había alguno que tal cometiese. Afirman que antes que fuesen los naturales destas comarcas subjectados por inga Yupangue y por Topainga, su hijo, padre que fue de Guaynacapa, abuelo de Atabaliba, se defendieron tan bien y con tan gran denuedo, que murieron por no perder su libertad muchos millares dellos y hartos de los orejones del Cuzco; mas tanto los apretaron, que por no acabarse de perder, ciertos capitanes, en nombre de todos, dieron la obediencia a estos señores. Los hombres destas comarcas son de buen parecer, morenos; ellos y sus mujeres andan vestidos como aprendieron de los ingas, sus antiguos señores. En unas partes destas traen los cabellos demasiadamente largos, y en otras cortos, y en algunas trenzado muy menudamente. Barbas, si les nace algunas, se las pelan, y por maravilla vi en todas las tierras que anduve indio que las tuviese. Todos entienden la lengua general del Cuzco, sin la cual, usan sus lenguas particulares, como ya he contado. Solía haber gran cantidad del ganado que llaman ovejas del Perú; en este tiempo hay muy pocas, por la priesa que los españoles les han dado. Sus ropas son de lana destas ovejas y de vicunias, que es mejor y más fina, y de algunos guanacos que andan por los altos y despoblados; y los que no pueden tenerlas de lana, las hacen de algodón. Por los valles y vegas de lo poblado hay muchos ríos y arroyos pequeños y algunas fuentes; el agua dellas, muy buena y sabrosa. Hay en todas partes grandes criaderos para ganados y de los mantenimientos y raíces ya dichas, y en los más destos aposentos y provincias hay clérigos y frailes, los cuales, si quisieran vivir bien y abstenerse como requiere su religión, habrá gran fruto, como ya por la voluntad de Dios en las más partes deste gran reino se hace; porque muchos indios y muchachos se vuelven cristianos, y con su gracia cada día irá en crescimiento. Los templos antiguos, que generalmente llaman guacas, todos están ya derribados y profanados, y los ídolos quebrados, y el demonio, como malo, lanzado de aquellos lugares, a donde por los pecados de los hombres era tan estimado y reverenciado; y está puesta la cruz. En verdad, los españoles habíamos de dar siempre infinitas gracias a nuestro Señor Dios por ello.